Con su casco naranja, lentes negros, su uniforme de camisa celeste y un salvavidas, Marisol Delgado bajó al bote junto a un compañero. Ella remó el bote hasta alejarse del muro central de las esclusas de Pedro Miguel, en el Canal de Panamá, desde donde otros colegas sujetaban unas sogas. Desde ese mismo muro, yo veía el procedimiento.

Atrás se acercaba un gran buque que comenzaría su ingreso a las esclusas. Marisol remó hasta colocarse frente a la gran embarcación (para que el piloto del barco la viera), pero a una prudente distancia. Tanto ella como su compañero miraban hacia arriba. Desde el buque, otros trabajadores del Canal lanzaron unas sogas; cayeron muy cerca de Marisol, que rápidamente soltó uno de los remos para agarrarlas y pasárselas a su compañero, quien sujetó las sogas con otras que él llevaba. Todo ocurrió en segundos, mientras el buque entraba a las esclusas y se acercaba al muro.

La enorme embarcación captó mi mirada haciendo que perdiera de vista a Marisol en el bote. Volteé para buscarla y ya no estaba. El jefe de cuadrilla, con camisa y casco blanco, se acercó y me hizo saber la rápida maniobra que tuvo que hacer Marisol en el pequeño bote, para salir de ese trayecto en el agua antes de que entrara el buque. Eso es uno de los riesgos, me dijo.

Hay 115 boteros en la división de esclusas del Canal de Panamá. Marisol Delgado es la única mujer.

Marisol Delgado, la única mujer botera en el Canal de Panamá

Marisol Delgado, la única mujer botera en el Canal de Panamá

Marisol Delgado, la única mujer botera en el Canal de Panamá

Marisol Delgado, la única mujer botera en el Canal de Panamá

 

‘Evitar los errores’

La seguridad es primordial cuando se es pasacables y botero. Un descuido o accidente puede hacer perder un dedo o caer en el agua, con lagartos.

“La función de nosotros, los boteros, es mantener una buena comunicación con el contramaestre, pedir el listado de barcos, tener -según el tamaño del barco-, las sogas listas, y siempre estar al tanto del barco cuando viene. Bajar a tiempo evita cometer errores. Pareciera un trabajo fácil, pero es bastante delicado; debes saber remar, saber amarrar y ante todo, mantener la seguridad. Evitar, cero error”, me contó Marisol cuando trataba de explicarme su labor, que logré comprender mejor una vez la había visto en acción.

Ingresó al Canal el 20 de agosto de 2007. Estudió en el Instituto de Marina Mercante Ocupacional, es licenciada en Administración de Empresa de la Universidad de Panamá, con posgrado en administración funcional del Incae, de Nicaragua. Aunque su especialización es en recursos humanos, se sintió atraída por la convivencia en el departamento de operaciones. Siempre le ha gustado el mar y estar cerca de los barcos.

‘Al principio, me temblaban las piernas’

Dentro del Canal, comenzó como pasacables. Al principio no estaba segura. Pensó en renunciar. Uno de sus hermanos, que trabaja en el Canal, la motivó a seguir y le recordó los beneficios que tenía. Lo analizó y se adaptó. “Me fui involucrando con los compañeros y aprendiendo. Me sumergí en el mundo canalero y me gustó. Me hicieron ver la importancia de trabajar para esta institución”.

Ella es pasacables permanente. Otras mujeres pasacables han realizado prácticas informales como boteras, pero Marisol es la única que ha completado el proceso de entrenamiento y ha recibido promoción temporal como botera de esclusas. Había escuchado a muchos de sus compañeros comentar que no habían visto a una mujer en el bote y eso le llamó la atención. “Yo puedo”, se dijo.

Marisol Delgado, la única mujer botera en el Canal de Panamá

Marisol Delgado, la única mujer botera en el Canal de Panamá

El jefe de cuadrilla de ese momento, Carlos Orlando Mayorga, viendo su interés, le permitió practicar en el bote. “Todos los boteros cooperaron conmigo. Cada compañero tiene su maña, su forma de remar, de amarrar, su estilo de salida. Uno se tiene que acoplar, de todos aprendí un poquito”.

Varias compañeras suyas aspiraron al puesto, pero no lo lograron. “Se puede, es cuestión de maña y saberte ganar a los compañeros”, agregó. “Al principio me temblaban las piernas y luego fui perdiendo el miedo. Aquí hay que tomar los barcos, con lluvia o sin lluvia, con neblina. Hemos tenido tempestad, vientos y de noche”.

A algunos compañeros les pareció raro ver a una mujer en el bote. “A unos les gustó, a otros no. Ahí me los gané”. Recordó que cuando se puso el casco naranja (que usan los boteros), uno de ellos le dijo: “al fin me releva una mujer”.

Desde Bejuco hasta la capital

Marisol tiene cinco hermanos varones. Crecer con ellos le hizo aprender a convivir con hombres. Llevarse bien con sus compañeros es un requisito fundamental en su labor como botera. “Entre mejor comunicación tienes con tus compañeros, mejor realizas tu labor”. Por eso mencionó que la barrera como mujer para este trabajo es saber cómo hablarles a ellos.

Creció en La Chorrera, de donde proviene toda su familia, pero vive en Bejuco, Chame, a unos 76 km. de la ciudad de Panamá. Viaja a la capital por su trabajo. Le toma una hora, en carro, llegar.

Marisol Delgado, la única mujer botera en el Canal de Panamá

Marisol Delgado, la única mujer botera en el Canal de Panamá

Marisol Delgado, la única mujer botera en el Canal de Panamá

Marisol Delgado, la única mujer botera en el Canal de Panamá

Mucho antes de entrar al Canal se dedicó al negocio del carbón, ahí aprendió a remar y a ser fuerte. Cuando entró al Canal le traspasó el negocio a su papá. El trabajo como pasacables le requería enfoque y descanso. “No puedes venir cansado, es un trabajo delicado”. Labora en turnos rotativos de 8:00 a.m. a 4:00.p.m, de 4:00 p.m. a 12:00 de la medianoche, y de 12:00 a.m. a 8:00 a.m.

Dentro del Canal, Marisol tiene dos hermanos trabajando: Aristides Delgado, quien es operador de locomotora; y José Ángel Delgado, ingeniero en electricidad y comunicación, que trabaja en Aguas Claras, en control house. Ella está en Pedro Miguel.

Durante tres meses fue jefe de cuadrilla en las esclusas de Miraflores. Tras 12 años en el Canal y luego de haber cumplido 57 años (el pasado 13 de julio), se jubilará el 11 de septiembre.

Ya jubilada planea hacer varios viajes con su papá. Ella tiene familiares en Estados Unidos y amistades en Colombia, Costa Rica y República Dominicana. “Hay que disfrutar un poco la vida, y ya veremos qué más sale en el camino”.