Luego de quedar embarazada a los 16 años, no tuve la oportunidad de terminar mis estudios. Con una vida llena de metas, sueños y esperanzas, creí que ahí terminaba mi vida, pero con el programa Las Claras, de la fundación Voces Vitales, me di cuenta que no era así.

He desarrollado una pasión por compartir mi historia y motivar a otras chicas (que han pasado o están pasando por la misma situación), a encontrar su propio camino hacia la superación.

Las dificultades y desafíos que enfrenté han sido lecciones valiosas que me han enseñado la importancia de la perseverancia y la resiliencia. En 2020 ingresé al programa Las Claras, tenía 20 años y un hijo de cuatro años.

Con determinación y motivada por el amor a mi hijo, quería seguir adelante. No iba a dejar que las circunstancias me definieran. Con cada paso, me comprometí a estudiar más y a no rendirme. En el centro entendí que si me establecía metas claras y alcanzables tendría la oportunidad de hacerle frente a los retos que la vida me había puesto de frente.

En la fundación Voces Vitales, aprendí a creer en mí misma y a perseguir mis sueños, gracias a las psicólogas, profesores, trabajadoras sociales que fueron esas líderes que estaban siempre impulsándome, con palabras de aliento, acompañamiento, apoyo y un gran respaldo que me dio la seguridad en mí para cumplir mis objetivos.

Durante todo mi proceso pude participar en actividades que realizaba la fundación, esto me hizo conectar con los demás y ver cómo pequeñas acciones podrían tener un gran impacto positivo en la sociedad, por ejemplo: la escuelita de verano que se hace en la comunidad por Las Claras (Felipillo) donde niños estudian y refuerzan su aprendizaje. De esto aprendí que la educación es una herramienta poderosa para romper el ciclo de la pobreza.

Mi experiencia en la fundación ha sido enriquecedora, permitiéndome desarrollar habilidades prácticas, aplicar conocimientos. Estos aprendizajes no solo han contribuido a mi crecimiento personal, sino que también me han preparado para enfrentar desafíos futuros con una mentalidad más abierta y proactiva.

Después de haber salido de la fundación Voces Vitales ingresé a la Universidad de Panamá y hoy día estoy cursando la carrera de Trabajo Social.

Al mirar hacia atrás en mi camino, siento una profunda gratitud hacia la fundación que me brindó la oportunidad de estudiar y crecer. Mi transición a la universidad es un testimonio del impacto positivo que tuvieron en mi vida y es lo mismo que me gustaría poder compartir con otras chicas y otras personas que se encuentran pasando por situaciones difíciles.

Este viernes 13 de septiembre será el Gran Día, un evento donde el 100% de las ventas de cada hamburguesa Big Mac serán donadas para apoyar los proyectos de la Fundación Voces Vitales y la Fundación Infantil Ronald McDonald.

Así como mi historia se convirtió en un testimonio de inspiración y de realidad, quisiera que la ayuda de la fundación llegue a muchas más madres adolescentes, porque sé que como yo lo logré, todas podríamos si contáramos con la ayuda y apoyo necesario.


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