Son sus primeros minutos de vida, en un entorno desconocido al que el recién nacido debe adaptarse. Piel a piel, o papá canguro, es un método que consiste en colocar al bebé sobre el pecho descubierto de alguno de sus padres, para estimular el primer contacto afectivo y ayudarle a adaptarse e interactuar.

En la Clínica Hospital San Fernando, centro médico en el que los padres pueden vivir esta experiencia, nos reunimos con la doctora María Elisa Dejuane para conocer sobre el método.

Humanizando el nacimiento

Este procedimiento empezó a practicarse en Colombia en los años setenta para responder a una necesidad. “Por falta de incubadoras, cuando nacía un bebé prematuro las mamás los colocaban en su pecho y ellas hacían la función del equipo hospitalario”, comenta la pediatra neonatóloga panameña María Elisa Dejuane, coordinadora Médica de Neonatología del hospital San Fernando, quien explica las ventajas: “Los niños ganaban peso más rápido, tenían menos periodos de pausa en la respiración, ocurrían menos procesos infecciosos, toleraban mejor la alimentación y se les podía dar una alta hospitalaria más rápida que a los bebés que permanecían exclusivamente en la incubadora. Eso llevó a hacer estudios científicos que comprobaron esos beneficios”.

Piel a piel, una experiencia única

Piel a piel, una experiencia única

La doctora agrega que con este método, además, el bebé regula su temperatura, adecúa su respiración, se promueve el inicio exitoso de la lactancia y sobre todo, permite que esté siempre acompañado.

“La manera en la que se ha practicado la medicina en hospitales occidentales ha hecho que los partos sean fríos. El niño nace y se le separa de su madre para pasar a unidad de neonatología. Pasan horas antes de que se vuelvan a ver”, asegura la pediatra: “Piel a piel aspira a humanizar los nacimientos” comentó.

Una experiencia única

Según detalla la doctora, a pocos minutos del nacimiento, el bebé es llevado junto a su padre a una sala en la unidad de neonatología del hospital San Fernando.

En esta sala privada, con media luz y una temperatura adecuada, el papá se sienta en un sofá, se descubre el pecho, se coloca al bebé en posición vertical sobre él, y se cubre con mantas. Pueden quedarse allí hasta por dos horas.

“He visto escenas hermosas. En ese momento el papá se da cuenta de que ya es padre. Cuando los dejas solos, el bebé se empieza a mover, deja de llorar y se tranquiliza, es una experiencia irrepetible. He visto a papás que se quedan contemplándolos, les conversan e incluso oran con sus hijos. Es precioso”.

Comenta que en las consultas pediátricas, los papás que han hecho este método suelen ser más participativos en el cuidado del bebé y comprometidos con la lactancia. Aunque Piel a piel es un momento privado, el personal médico supervisa y asiste a los padres durante el proceso, que no tiene costo adicional.

¿Quiénes pueden hacerlo?

Los padres pueden solicitar tener el contacto Piel a piel desde las citas prenatales. “Pueden conversarlo con su médico para que esté contemplado. Solo deben pedirlo.”

El proceso puede hacerse en todos los nacimientos, pero si el bebé necesita ser estabilizado, Piel a piel puede retrasarse uno o dos días.