Simone Biles, que disputará en los Juegos de París cinco finales, es una superviviente. Junto a sus habilidades físicas y su fortaleza mental, ha conseguido mantenerse en lo más alto del deporte gracias a un entorno que la cuida y alienta y que forman un reducido número de personas.
Sus abuelos/padres, Ron y Nellie
Biles procede de una familia desestructurada que, con el tiempo, se ha convertido en su mayor fortaleza. Hijos de una madre adicta, Simone y sus tres hermanos pasaron parte de su infancia en hogares de acogida -”recuerdo que siempre tenía hambre y miedo”- hasta que su abuelo materno, Ron Biles, y su segunda esposa, Nellie Cayetano, adoptaron a Simone y a su hermana pequeña, Adria; una hermana de Ron adoptó a los dos mayores.
Sus padres son “el mundo entero” para Biles, los que le dieron “una segunda oportunidad” y a los que agradece día tras día por ser quien es. Cuando tenía seis años ellos la llevaron a una jornada de puertas abiertas en un gimnasio, del que Simone volvió con una nota del profesor que decía: “Tiene talento. Que se apunte a las clases”.
Ron y Nellie abrieron en 2014 el Centro de los Campeones del Mundo, un gimnasio en Spring (Texas), donde se entrena su hija desde entonces.
Su marido, Jonathan
Simone Biles conoció a su marido, el jugador de la NFL Jonathan Owens, en una app de citas por invitación. Era 2020. Aunque pronto se vieron personalmente, la pandemia obligó a que la mayor parte de sus primeras citas fueran en la pantalla del teléfono o el ordenador. Él aún no era consciente de la dimensión deportiva de Biles, pero se enteró pronto.
Se comprometieron en febrero de 2022 y se casaron en abril de 2023, acompañados solo por los testigos. Pero repitieron boda en mayo del mismo año, en una gran fiesta en Cabo San Lucas (México), ante un centenar de invitados.
Su mejor amiga, Rachel
Rachel Moore y Simone Biles se hicieron amigas a los seis años, en clase de gimnasia. Esa amistad creció con los años y ambas se convirtieron en inseparables.
Los compromisos deportivos de la gimnasta impidieron que estuviera presente, el pasado octubre, en la boda de Rachel, que coincidió con los campeonatos del mundo de Amberes (Bélgica). Una desde el pabellón de competición y otra desde el banquete de boda, las dos amigas hicieron videoconferencia para estar de algún modo juntas en un día tan especial.
Rachel Moore, desde su boda Rachel Roettger, confesó que se quedó desolada cuando su mejor amiga reveló en 2018 que era una de las víctimas de abusos sexuales del médico Larry Nassar. Biles nunca se lo había contado.
Sus entrenadores, Cecile y Laurent
Gimnasta olímpica en 1996, la entrenadora francesa Cecile Canqueteau emigró en 2004 a Estados Unidos junto a su pareja Laurent Landi, también ex gimnasta. Comenzaron a trabajar en el centro de Bart Conner, marido de Nadia Comaneci, y terminaron haciéndose cargo del equipo olímpico norteamericano.
Los Landi entrenan a Biles desde el año 2017 en el Centro de los Campeones Mundiales regentado por sus padres. La anterior preparadora de Simone, Aimee Boorman, acababa de dejarla para instalarse en Florida y Nellie Biles entrevistó a la pareja francesa. Madre e hija se quedaron sorprendidas por la cantidad de ideas que aportaron para mantener la carrera de Simone en lo más alto. Los Landi, que dan una importancia prioritaria al bienestar físico y mental de sus alumnas, lograron lo que parecía imposible: mejorar a la mejor.
Su psicólogo, Robert
Robert Andrews, experto en salud mental, trató a Biles tras el episodio de bloqueo mental que sufrió la gimnasta en plenos Juegos Olímpicos de Tokio. Considera a la deportista un ejemplo por haber hablado abiertamente de sus problemas y haber abierto a otros esa puerta.
Para ayudarla en su recuperación, Andrews estimó imprescindible que Biles recuperase la confianza, que se divirtiera con lo que hacía. Su recomendación: que se alejase de la típica imagen de la gimnasta que sufre, atenazada por la presión y por el miedo a cometer errores. Por el contrario, el especialista animó a Biles a que plasmase en sus ejercicios su personalidad extravertida.
Sus perros, Lilo, Rambo y Zeus
Tres bulldogs tiene la familia Owens-Biles. Lilo y Rambo los aportó la gimnasta, Zeus el futbolista. Simone adora a los perros, que tienen su propia cuenta de Instagram, donde aparecen fotografiados en todo tipo de situaciones: vestidos con las camisetas de los Packers para animar a Owens, bajo el árbol de Navidad con el traje de Santa Claus o disfrazados como monstruos en Halloween.
“Mis perros han mejorado mi vida significativamente. No lamento el trabajo que dan. No les cambiaría por nada”, ha afirmado Biles.
Su labor solidaria
El recuerdo de sus días en la casa de acogida han concienciado a Biles de la importancia de ayudar a los niños que se encuentran en esa situación. Por ello, colabora activamente con la organización Friends of the Children, que pone en contacto a esos menores con ‘amigos’ a largo plazo, mentores que se comprometen a pasar con ellos varias horas a la semana durante un periodo mínimo de doce años.
“(La etapa en la casa de acogida) es una parte de lo que soy, y no estaría aquí sin ella”, dijo Biles en un encuentro con algunos integrantes del programa. “Y espero que los niños que me escuchan digan: ‘Vaya, yo puedo ser alguien, y esto no tiene por qué frenarme. Puedes soñar a lo grande y hacer cosas increíbles’”.