El mes pasado, la directora de cine Rayka Zehtabchi subió al escenario, feliz, para recoger su premio: ‘No puedo creer que un documental sobre el periodo ganara un Óscar’. Su filme Period. End of Sentence, ganó como el mejor documental corto. Trata sobre mujeres rurales que en India aprenden a fabricar compresas, a la vez que luchan contra los estigmas: a veces no se les permite entrar a templos, tocar alimentos o dormir con otros, por sangrar.

Lejos de India, en España, el proyecto 28 Días del diario El País se dedicó a contar historias en 28 días para quitar, cual capas de cebolla, los tabúes que existen sobre la regla. Tan bueno fue que el premio de periodismo Gabo 2018 lo eligió como finalista.

A muchas mujeres se les enseña que de la menstruación no se habla, pero esto está empezando a cambiar.

¿Por qué la menstruación sigue siendo un tabú?

¿Por qué la menstruación sigue siendo un tabú?

Este no es el lugar para hablar de esto

Lila es una empresa panameña que vende productos ecoamigables para relajación y bienestar. Desde 2016 tienen en inventario la copa menstrual, un recipiente que se inserta en la vagina para depositar el flujo. Se vacía y se reutiliza.

Itzel Díaz, al frente de esta empresa, relata que una de sus colaboradoras propuso venderla. A Itzel le pareció un producto en sintonía con lo que hacían al ser ecoamigable y no generar desperdicios como las toallitas o los tampones. Lila suele vender en bazares y mercaditos donde exhibe la copa menstrual. Las reacciones van desde el asombro y la curiosidad hasta el asco y la vergüenza, cuenta Itzel.

“Esto no es el lugar para hablar de esto”, le han dicho, sobre todo, mujeres mayores. Pero las más jóvenes quieren saber. También ha escuchado a madres decir a sus hijas “tú eres virgen, no puedes usarla”. Y una que otra de esas jóvenes ha vuelto para decirle a Itzel: “mi mamá no sabe, pero yo no soy virgen”. Y quieren saber más. Lo cierto es que ni la copa ni los tampones afectan, por así decirlo, la virginidad.

¿Por qué la menstruación sigue siendo un tabú?

¿Por qué la menstruación sigue siendo un tabú?

Tales dudas evidencian el desconocimiento sobre el propio cuerpo. “¿Podré orinar?”. “¿Y qué pasa si se va y se pierde?”. No saben que el flujo menstrual sale por la vagina y que la orina por la uretra. Tampoco saben que es imposible que la copa menstrual se quede dentro.

Desconocer el cuerpo no es nuevo. La historiadora colombiana Diana Uribe en el pódcast que dedicó este mes al Día de la Mujer, contó que en la época victoriana la mujer debía mostrarse ignorante de su cuerpo. “Así que si no sabía dónde quedaban sus orejas, muy virtuosa era”, dice Uribe con sorna.

Joyce Araujo, abogada especialista en género, comenta que, sobre todo para cierta generación de más edad, el tema de la menstruación es tabú. Por eso rechaza probar algo como la copa menstrual, porque les da miedo tocarse, porque nunca se han tocado y no se conocen.

No es impureza ni suciedad

“Sangre procedente de la matriz que todos los meses evacúan naturalmente las mujeres y las hembras de ciertos animales”; así define el diccionario de la Real Academia Española la palabra menstruo.

El sitio de salud en línea Medlineplus agrega que la menstruación ocurre porque todos los meses el cuerpo femenino se prepara para un posible embarazo. Si esto no ocurre, el útero se desprende de su recubrimiento.

Ocultar la palabra menstruación es uno de los tabúes más grandes de la regla, comenta el ginecólogo obstetra Roberto Epifanio. “Le llamamos los días, momento y de otras tantas formas. Es algo fisiológico . No hace a la mujer impura; es parte de ser mujer”. Añade que durante la menstruación las células (del útero) se están descamando, al igual que cuando se cae el cabello o nos hacemos un peeling en la cara. “La menstruación no es una enfermedad”.

Los mitos y la ignorancia sobre el tema afectan la salud sexual y reproductiva porque, entre otras cosas, erróneamente las personas se sienten sucias y desconocen sus periodos fértiles, dice Epifanio.

“Utilizar un lenguaje sencillo, pero científico, elimina las desviaciones que llevan al morbo”, dice el doctor, que también colabora con la Asociación Panameña para el Planeamiento de la Familia, Aplafa.

¿Por qué la menstruación sigue siendo un tabú?

¿Por qué la menstruación sigue siendo un tabú?

Un tema de hombres

¿Recuerda usted cómo fue esa primera charla sobre la menstruación en la escuela? Yo recuerdo que nos dividieron en grupos de hombres y mujeres. Nunca pregunté de qué les hablaron a los hombres.

El doctor Epifanio piensa que hay que incluir al varón para sensibilizarlo sobre un tema “tan propio de la mujer, pero que el hombre debe conocer”. En su caso no fue hasta que asistió a la universidad para estudiar medicina, que comprendió mejor de que se trataba.

Itzel Díaz, de Lila, recuerda que en su escuela, que no era tan numerosa, la charla se las dieron a hombres y mujeres juntos, pero evoca que una vez entre amigos, empezaron a conversar y los hombres se atrevieron a preguntar a sus compañeras si al menstruar no se estaban desangrando.

Ante la venta de la copa menstrual ella ve en los hombres dos reacciones: O huyen o muestran mucho interés y dicen cosas como: “quiero pasarle esta información a mi novia o a mi hermana, porque la veo que la pasa mal con su periodo”.

Pintar con la luna

Chevy Solís es psicóloga, artista y miembro del Espacio de Encuentro de Mujeres. En 2016 ejecutó por su cuenta el proyecto Pintemos con la Luna. La luna porque es cíclica, como la menstruación.

Logró reunir a un grupo de mujeres. Algunas recién empezaban a menstruar; otras ya no sangraban. En cuatro talleres abordaron temas y al final pintaban.

El primer tema fue La primera vez. “Cuando te vino la regla, ¿dónde estabas y qué cambió?”, les preguntó a las asistentes. En sus respuestas encontró coincidencias: “Las madres asumen un rol protector, pues hay esta idea de que ya la niña puede quedar embarazada. Y se le dice, pero no se le dice cómo puede pasar”.

No hablar del tema da cabida a espacios en blanco que se llena con mitos, como que, por ejemplo, si te bañas con el jabón que usó tu hermano puedes quedar embarazada, comenta Chevy.

Las participantes detallaron cómo había cambiado la relación con sus padres. Si antes se sentaban en las piernas de papá, dejaron de hacerlo; si antes se bañaban con él, ya no. Las mamás protegían, a veces sin darse cuenta, a sus niñas de sus padres.

Otro tema fue el de los cambios que ocurren con el ciclo, que no dura cinco o siete días como algunos creen, dice Chevy. Son 28 días de ciclo y la mujer debe saberlo.

El taller también dio espacio para hablar sobre sexualidad. Chevy recuerda cómo algunas mujeres que habían pasado por la histerectomía decían que sus esposos no habían vuelto a tocarlas. Esto motivó para hablar de cómo cambia la vida cuando se va la regla.

El taller incluía pintar dos cuadros con sangre menstrual. En El Salvador Chevy vio obras pintadas así. Las obras al final se expusieron en la plaza 5 de Mayo. ¿La reacción de la gente? Mucha curiosidad y asombro, recuerda Chevy.

“Cuando empecé el proyecto, algunas amigas me dijeron: ‘Chevy, he ido a muchas cosas contigo, pero a esta no me invites”. Comenta que algunas participantes del taller sintieron asco, pero al final su relación con la regla cambió. La que más repulsión sentía pintó al final tres, en vez de dos cuadros.

Chevy se pregunta cómo la humanidad pasó de venerar la fertilidad, como se hacía en la antigüedad, a sentir asco por la regla.

La pensadora nigeriana Chimamanda Nozi Adiche escribe en su libro Querida Ijeawele “¿Por qué nos educan para hablar en voz baja del periodo? ¿Para que nos abrume la vergüenza si la menstruación nos mancha la falda? La regla no es motivo de vergüenza. Es normal y natural y la especie humana no estaría aquí sin ella”.