¿Acaso había más aves en la ciudad de Panamá durante la cuarentena? Muchos se hicieron esta pregunta al escuchar con más frecuencia su canto. Para Jessica Young, gerente de Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Sostenible del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, la pausa obligada durante la pandemia permitió a la gente reconectar con lo que le rodea y eso incluye la naturaleza que en Panamá está muy presente incluso en la ciudad capital.
La experta de Naciones Unidas habla sobre la importancia de la relación con el medio ambiente, que se hizo evidente con la epidemia causada por el nuevo coronavirus. Hoy 5 de junio es el Día Mundial del Medio Ambiente, fecha que se conmemora desde 1974.
Jessica ¿de qué nos dimos cuenta durante la pandemia?
Este momento ha puesto luz sobre muchas situaciones. Nos dimos cuenta de cuán importante es contar con un sistema de salud público que responda a toda la población. La salud no debería ser un privilegio. Al principio se pensó que el virus atacaba a todos por igual, con el paso del tiempo vimos que quienes viven en hacinamiento o donde no hay un buen manejo del entorno natural, están más expuestos a aquellas enfermedades que se producen porque los virus saltan de animales a humanos.
Desde América Latina hemos visto lo que pasó en China (y el nuevo coronavirus) por el consumo de vida silvestre, pero se nos olvida que aquí también hay consumo de vida silvestre y que tenemos enfermedades causadas por animales, como lo son el mal de chagas, que se transmite por un insecto y la bruscelosis que ocurre al tener contacto con animales enfermos.
‘Preocupate por el medio ambiente por ti’
¿Cómo recibimos este nuevo Día Mundial del Medio Ambiente?
El nuevo virus aparece en 2019, justo ese año el panel integubernamental, IPBES, que da seguimiento a la Convención de Biodiversidad Biológica hizo un llamado de atención porque en los últimos 50 años hemos destruido la mitad de los bosques del mundo, la mitad de los manglares, la mitad de los arrecifes de coral, el 40% del suelo está degradado y más de un millón de especies está en peligro de extinción.
Esto es producto de una forma arrolladora de vivir, pensando que somos la especie que tiene prevalencia, olvidando que todo está conectado, que dependemos de la salud de suelo y de las aguas.
Durante la cuarentena hubo una reconexión con la naturaleza ¿qué significó?
Es una parte positiva, ese conectarnos con el entorno y el mundo. La gente dice “y no me había dado cuenta, pero resulta que en el cerro de aquí al lado había venados”. Hay organizaciones que han aprovechado plataformas virtuales para despertar en la ciudadanía esa conciencia de notar su entorno y convertirse en científicos por un día. Lo que se ha podido reportar a través de esa “ciencia ciudadana” es valiosísimo para capturar información. Esto nos recuerda lo importante que es tener data y estadística.
Hablemos de cómo bajó la contaminación del aire en los últimos meses
Con respecto al aire, justo hice hace poco una presentación. En Panamá, durante la cuarentena, dejaron de movilizarse una parte importante del millón de vehículos que circulan en el país. Tan solo en el distrito capital transitan 500 mil. La energía que se genera a través del transporte produce el 48% de contaminación por CO2. Por supuesto que hubo una mejora perceptible en el aire. Pero no sabemos cuánto porque en Panamá no hay mediciones de calidad de aire, y esto es importante traer a colación: necesitamos tener cifras. La mala calidad del aire produce 300 mil muerte cada año en Latinoamerica y el Caribe, eso nos dice que preocuparte por el medio ambiente y hacer algo responsable no ayuda al planeta (que es super resiliente) te ayuda a ti. Estamos interconectados a todo lo que nos rodea. No somos algo separado, que podemos sacrificar el medio ambiente.
‘Preocupate por el medio ambiente por ti’
¿Qué Panamá puede hacer?
El mundo ya cuenta con una hoja de ruta: la agenda 2030 de Los objetivos de desarrollo sostenible, que ya logró poner de acuerdo a la gente en temas comunes. Para Panamá, un reto sería tomar los compromisos de la agenda 2030 e identificar donde habría que hacer un esfuerzo, por ejemplo en el financiamiento. Porque tú puedes tener plan y metas pero qué haces si no tienes cómo financiarlo.
Otro desafío es trabajar en alianzas, que es el objetivo 17, ni el gobierno ni el sector privado ni la sociedad civil pueden hacer las cosas solos. Para ello se deben generar canales de confianza y de transparencia de la información.
‘Preocupate por el medio ambiente por ti’
Esa es otra gran lección que nos dejó el Covid 19: que un problema tan complejo requiere de múltiples sectores. No era solo un problema sanitario, incluso había un componente de derechos humanos. Hay que trabajar con enfoques de múltiples dimensiones y actores.