Al ser sede de la Jornada Mundial de la Juventud 2019 (JMJ), Panamá ha creado grandes expectativas y se ha posicionado a la vista de todos los países. Para tener una idea sobre lo que debemos esperar de este evento, entrevistamos a cuatro jóvenes panameños que tuvieron la oportunidad de ir a jornadas previas.
La alegría del panameño
Con solo 16 años, la panameña Keyla Yasbeth Barría participó de su primera Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia, Polonia, en 2016.
“Quería que todo el país nos recibiese [a los peregrinos] con mucho amor y energía. Que hubiese ese encuentro cultural con los distintos jóvenes de todos los países, y que, a pesar de todo, nos diéramos cuenta de que sí hay esperanza y que sí podemos cambiar al mundo”, expresa la joven que ahora tiene 19 y que participará nuevamente en la JMJ Panamá.
Considera que, siendo nuestro país la sede de este año, los peregrinos esperan “vivir un Panamá muy alegre y con una energía latina que nos caracteriza, y que no se ve mucho en Europa”.
¿Qué esperan de Panamá los peregrinos?
“Recuerdo que en Cracovia se sorprendían de ver cómo los panameños nos expresábamos y actuábamos al momento de las alabanzas, que las hacemos bailando. Ellos se emocionaban y quedaban en shock porque jamás habían visto algo igual y de una manera tan espontánea y cálida, así que también esperan ver cosas distintas a lo que están acostumbrados”, comenta Keyla, quien pertenece a la Parroquia Santísima Trinidad de Bethania.
Hospitalidad y entusiasmo
El panameño Blas Peña acudió a la JMJ Madrid 2011, cuando tenía 18 años. “Lo que buscaba de la jornada en ese tiempo era tener una experiencia con Dios que me permitiera profundizar en la fe. Antes de abordar el avión me dije que no iba a pensar en nada y me iba a dejar sorprender”, expresó el ahora ingeniero civil, de 26 años.
“De nosotros como país, los peregrinos esperan esa alegría que caracteriza al panameño. Quieren ver la pasión que tenemos por nuestras costumbres y tradiciones, sentir nuestra hospitalidad, amor y entusiasmo en cada cosa que hagamos”, detalló Blas, que pertenece a la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de Bethania.
Destacó además que los peregrinos vienen a “encontrarse con Dios” a través de la convivencia con el prójimo. Su consejo: que las personas interactúen a través de las distintas actividades que se estarán llevando a lo largo de la semana.
¿Qué esperan de Panamá los peregrinos?
¿Qué esperan de Panamá los peregrinos?
Nuevas amistades
“Lo que más ansiaba era conocer gente de otros países, ver distintas culturales, y darme un ‘boost’ [impulso] de fe”, compartió Waldo Andrés Moran Pinzón, de 25 años, quien tuvo la oportunidad de asistir a la JMJ Madrid (España, 2011) y JMJ Río de Janeiro (Brasil, 2013).
Este año será su tercera jornada. Waldo, que pertenece a la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza, de San Miguelito, invitó a las personas a disfrutar de este evento y mostrarle a los peregrinos cómo somos.
“Los peregrinos esperan conocer y hacer nuevas amistades, convivir con todas las personas que puedan y tener su encuentro con Dios. Pero también están a la expectativa de cómo somos, la forma en la que nos comportamos, y cómo celebramos la fe”.
¿Qué esperan de Panamá los peregrinos?
Sazón latinoamericana
Si hay algo en lo que todos coinciden es que los peregrinos definitivamente esperan ver a Panamá en toda su máxima expresión latinoamericana, y espiritual.
Durante la Jornada Mundial de la Juventud Río de Janeiro 2013, Lourdes Evelyn Del Cid convivió como peregrina y también como prensa. En 2016 participó nuevamente en la jornada realizada en la ciudad de Cracovia, Polonia.
Para la jornada en Brasil no tenía muchas expectativas, pero sí una gran emoción de conocer cómo era el evento. “Había escuchado sobre la JMJ Madrid, y me dejó con más ganas de saber qué era. Recuerdo que la vi por videos en YouTube y Facebook. Quedé encantada al ver la cantidad de jóvenes reunidos”.
Para la jornada en Cracovia ya iba más mentalizada. “A pesar de haber pasado tres años, ya estaba más grandecita y entendía cómo era la JMJ. Me cambió la vida estar en ambas jornadas. Pude entender realidades, encontrar mi vocación, confirmar lo que quería para mi vida, y me comprometí con mi novio [y actual esposo]. ¡Fue toda una aventura!”, comentó la productora gráfica audiovisual, de 25 años, perteneciente a la parroquia de San Judas Tadeo.
Expresó que los peregrinos esperan de los panameños “la sazón latinoamericana” que nos identifica. “La JMJ cambia tu forma de pensar y ver las cosas”.
Una de sus frases favoritas estando en Cracovia es “Esto es algo del país [la jornada]. Tenemos que dejarlo en alto’. Ella asegura que recibir a un peregrino es como estar con Jesús en casa.