Las personas con discapacidad y quienes las cuidan enfrentan múltiples barreras invisibles. Una nueva iniciativa busca derribarlas. Esta semana Panamá presentó oficialmente el Programa de Cuidados No Remunerados, Discapacidad y Enfoque Transformador de Género, una iniciativa impulsada por las agencias del Sistema de Naciones Unidas —Pnud, Unfpa, Unicef y ONU Mujeres— con el apoyo del Gobierno Nacional y organizaciones de la sociedad civil. El programa tiene como propósito transformar los sistemas de cuidado en el país con enfoque de derechos, inclusión y género.

Según estadísticas del Censo de Población y Vivienda 2023, en Panamá hay más de 720 mil personas que requieren algún tipo de cuidado, es decir, cerca del 18% de la población. De ellas, 173 mil 079 personas tienen algún tipo de discapacidad, según datos presentados en la actividad.

Nelva Araúz Reyes, especialista de Género del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), agencia que coordina la implementación del programa en Panamá explicó los objetivos de este programa.

¿Hacia dónde está enmarcada esta iniciativa y cuáles son los objetivos más próximos a alcanzar?

La iniciativa está enmarcada dentro de un programa al que Panamá aplicó para obtener financiamiento del Fondo Global para Personas con Discapacidad, a través del sistema de Naciones Unidas. Aunque el país ha hecho avances en materia de cuidados, la mayoría han sido de tipo diagnóstico. Además, hay grupos como las personas con discapacidad sobre los que hay poca información. Este es un conjunto de personas que requiere cuidados, pero a la vez hay muchos que pueden vivir de manera autónoma.

El objetivo es que existan servicios de cuidados, pero que no refuercen la dependencia, sino que contribuyan a una vida independiente para quienes es posible. Todo esto con un fuerte enfoque de género, porque ya desde la Encuesta del Uso del Tiempo en 2011 sabemos que las tareas de cuidado recaen desproporcionadamente en las mujeres, y esa realidad no ha cambiado.

¿Qué países forman parte de esta iniciativa global?

Además de Panamá, están participando Colombia, Tanzania, Kenia y Mozambique. El programa comenzó en junio de 2024, y en estos primeros meses hemos trabajado en el diseño técnico y administrativo, la distribución de funciones y la planificación detallada. Así como aterrizar un plan de acción concreto.

¿Cuáles son las primeras acciones que se implementarán?

Uno de los primeros pasos será realizar un mapeo de la oferta y demanda de servicios de cuidado, especialmente enfocados en personas con discapacidad. Este mapeo nacional y desagregado alimentará una herramienta digital, un visualizador, que se podrá actualizar constantemente y servirá para orientar la política pública. Por ejemplo, si en Azuero se detecta una alta demanda de cuidados para adultos mayores, este sistema permitirá determinar cuántos centros hay, de qué tipo (públicos, privados, comunitarios), y qué más se necesita, cómo podría el estado cubrir esas necesidades.

Este tipo de herramienta es clave porque la política pública no se puede hacer a ciegas. El Estado tiene que saber dónde están las necesidades y de qué grupos, porque los cuidados se requieren a lo largo de todo el ciclo de vida. Hay zonas donde se necesita más atención en primera infancia, otras con alta concentración de personas con discapacidad, y otras con gran población adulta mayor. Todo eso hay que abordarlo.

¿El programa también contempla a las personas que cuidan?

Sí, particularmente a las mujeres cuidadoras con discapacidad, un grupo que ha sido invisibilizado. Queremos identificar sus realidades, barreras y necesidades. En muchos casos podría ser necesario ofrecer formación para que el trabajo de cuidado se convierta en una fuente de ingresos, ya que hoy se realiza mayoritariamente sin remuneración.

¿Qué enfoque tiene el programa respecto a la niñez y adolescencia?

Hay un interés claro en superar los vacíos que existen. Normalmente, los cuidados se asocian con los primeros siete años de vida, pero también los adolescentes necesitan cuidados. Tenemos un vacío grande allí. Este programa busca identificar esas necesidades, sobre todo entre niñas y adolescentes con discapacidad.

¿Se aborda también la violencia de género en entornos de cuidado?

Sí, es uno de los ejes clave. Hay hipótesis de que personas con discapacidad —especialmente mujeres, niñas y adolescentes— podrían estar sufriendo violencia en centros de cuidado, pero no hay datos ni protocolos específicos. Eso se ha mencionado hoy en las mesas de trabajo. El programa se propone desarrollar herramientas y productos que aborden esta problemática desde un enfoque de género y derechos humanos.

Repensar los cuidados no remunerados en Panamá: hacia más autonomía y menos dependencia

La presentación del programa estuvo seguida de mesas de trabajo con participación de las agencias, oficinas gubernamentales y organizaciones civiles.

¿Cómo se plantea el componente de comunicación y cambio cultural?

El programa tiene un enfoque transformador de género, y eso significa transformar normas sociales. El cuidado no debe recaer únicamente en las familias; debe ser responsabilidad compartida entre el Estado, la comunidad y el sector privado. Ya hay ideas interesantes que hemos escuchado hoy aquí como la necesidad de espacios accesibles en centros comerciales, para que personas cuidadoras puedan hacer compras con mayor libertad. Estas propuestas nos muestran que el programa debe mantenerse en consulta permanente, tanto con los ejecutores de la política pública como con las personas beneficiarias: personas con discapacidad, cuidadores y organizaciones de mujeres.


¿Se prevé recoger insumos de las personas beneficiarias de forma continua?

Sí, estamos buscando formas de asegurar una retroalimentación constante. Por ejemplo, hoy se invitó a personas de otras provincias a participar virtualmente y se les enviará un formulario para recoger sus aportes. También valoramos abrir más espacios participativos a lo largo del programa. Es esencial que esta construcción sea colectiva y refleje las verdaderas necesidades de quienes serán beneficiarios y beneficiarias.

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