Esta es una historia de mujeres, de guerra y de libertad. Después de que estallase el conflicto bélico en Siria, un grupo de mujeres kurdas decidió unirse para proteger sus tierras y defender su integridad frente al régimen sádico del Estado Islámico. Para liberar de los terroristas el territorio del norte de Siria, parte del Kurdistán, tomaron las armas y crearon las YPJ, siglas en kurdo de las Unidades Femeninas de Protección, un ejército de soldados exclusivamente femenino que empezó a operar en marzo de 2013.

Cinco años más tarde eran cerca de 30 mil las mujeres que se habían unido a sus filas. El lado romántico de estas heroicas milicias atrajo la mirada de periodistas, fotógrafos y documentalistas, como Alba Sotorra, una cineasta española que se adentró en estas unidades de defensa hasta el punto de jugarse la vida para filmar la lucha de estas mujeres contra el Estado Islámico. Su documental, Comandante Arian, narra la vida de una de estas guerrilleras que guía a una tropa de mujeres hacia Kobane para liberarlo del yugo del ISIS.

Sotorra viajó la primera vez hasta esta ciudad a principios de 2015. “Entré desde Turquía, de noche y de manera ilegal. Fue una odisea. Me esperó un grupo de hombres de la resistencia kurda y yo llevaba una maleta muy grande porque no sabía lo que iba a necesitar. Pronto me di cuenta de que había un problema con el peso porque teníamos que cruzar la frontera a pie, corriendo campo a través”, recuerda en conversación con revista Ellas. En aquella maleta, que había preparado con esmero, no llevaba nada adecuado y acabó poniéndose el mismo uniforme que vestían las soldados.

Mujeres en guerra contra el Estado Islámico

Mujeres en guerra contra el Estado Islámico

“Me sentía como una guerrillera más. Ellas iban a su Kaláshnikov y yo con mi cámara. Aunque parezca increíble, me sentía segura. Pasé miedo, claro que sí, sobre todo en algunas situaciones de fuego cruzado. Pero la mayoría del rato en una guerra hay una tensa calma, donde pasa la vida. Las bajas más comunes eran por las minas. Todo estaba lleno de minas, pero es difícil tenerles miedo porque no las ves”, detalla. “La verdad es que para este proyecto no tenía ni idea de dónde me metía. A veces pienso que si lo hubiera sabido, no me hubiera atrevido a ir”, agrega.

Su primer contacto con Siria, situada en la antigua Mesopotamia, fue desolador. Se topó con un país completamente destruido por los bombardeos donde casi todos los civiles habían huido, y los que no, habían caído en las garras del Estado Islámico.

“Lo primero que hice fue visitar el cuartel de las mujeres YPJ y exponerles mi proyecto. Me entendieron muy bien. No sabía qué quería grabar. Pero sí sabía que necesitaba pasar un tiempo largo con ellas para trabajar en el proyecto”, ilustra. Enseguida le presentaron a Arian, una mujer de 30 años de fuertes ideales, que pronto se convirtió en la protagonista de su documental.

“Cuando era pequeña, su vecina de casa fue raptada y violada. Al regresar a casa, su familia la asesinó por honor. Esto le marcó para siempre y Arian decidió dedicar su vida a la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres”, dice Sotorra.

De las cenizas de esta guerra ha nacido algo muy especial y único. Una verdadera primavera de las mujeres que ha puesto en pie un sistema político muy revolucionario y absolutamente paritario, donde están duplicados todos los cargos. Por cada alcalde o presidente existe su réplica femenina. Y es que las mujeres del movimiento kurdo de resistencia no solo luchan contra el Estado Islámico, sino también contra el patriarcado machista.

Mujeres en guerra contra el Estado Islámico

Mujeres en guerra contra el Estado Islámico

“Arian combate para derribar la opresión que sufren muchas mujeres en Oriente Medio y está dispuesta a todo, incluso a morir. Aquí vemos esta idea de ser capaces de sacrificar tanto como si fuera de otra época”, manifiesta la documentalista.

Desde hace un par de años, el ejército de las YPJ no está compuesto únicamente por kurdas, sino que se les han unido musulmanas de muy distintas etnias e incluso mujeres provenientes de Europa Occidental. Es el caso de la italiana María Edgarda Marcuci. La joven nacida en Roma, de 27 años, estuvo tres meses combatiendo al Estado Islámico en las milicias femeninas kurdas. “Yo no soy siria, pero esta batalla es también la mía y la de todas las personas que creen que otro futuro es posible”, explica en una conferencia organizada en la Casa Internacional de la Mujer, en Roma.

En enero de 2015, el territorio del califato alcanzaba los 88 mil kilómetros cuadrados desde el oeste de Siria hasta el este de Irak. Las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) liderada por los kurdos y respaldadas por Estados Unidos, han tardado cuatro años en ir recuperando el mapa arrebatado por los terroristas. Los últimos yihadistas que resistían en la población siria de Al Baguz cayeron a finales de marzo.